Les Gaves de Cauterets (2)

SOBREPASANDO LOS 3000M

Desde el mismo refugio, tomamos el camino que nos llevará a la “Hourquette d’Ossue” en dirección SE.  Se trata del sendero de la HRP (Haute Route Pyrenees) que remonta por el E la pared que cierra el circo por medio de una sucesión de cómodas lazadas.

Tras una sucesión de zetas que remontan la ladera hacia el E llegamos al cruce de caminos; dejamos a la izquierda el camino que lleva al Col D’ Arraille y nos dirigimos hacia el S por el camino principal.

Después de la tregua que ofrece la pequeña planicie sobre la que se asientan los Lacs D’Arraile, la ruta comienza a ganar inclinación progresivamente mientras vira ligeramente hacia el SE buscando el acceso al collado.

Como curiosidad, este año no hemos visto el helero que siempre hemos tenido que atravesar, antes de encarar la fuerte y descarnada subida final al collado.

Una vez en el collado, en primer lugar nos dirigimos hacia el S, para alcanzar la cima del Petit Vignemale. No hay pérdida posible, debido a la cantidad de trazas que vemos, es más, podemos elegir si queremos ir arrimados a la arista o si lo hacemos hacia el interior.

Ascendemos  sin ninguna dificultad hasta llegar a la cumbre, que goza de unas vistas espectaculares. En el del eje de la cordillera: desde el Midi d’Ossau hasta la Munia. Fuera del mismo, hacia el norte: el Midi de Bigorre y el macizo del Neouvielle entre otros.

LOS ALREDEDORES DE BAYSELLANCE

Regresaremos al collado por el mismo camino porque aún nos queda la segunda cima del día: el Pic de la Séde.

24 metros para los tres mil. He aquí la diferencia para que sea un pico mucho menos frecuentado, de hecho, hacemos el camino en solitario. Recorrido elegante que mezcla sendero y arista con algún paso no muy difícil hasta llegar a la cumbre. Una combinación que hace de este tramo una grata y entretenida experiencia.

Partimos hacia el NE sin perder altura hasta encontrar la canal herbosa que más nos ha gustado para encaramarnos a la arista, que ya no abandonamos hasta llegar a la cima. Espléndidas vistas hacia el valle de Lutour.

Desandamos el camino hasta el collado, donde recogemos las mochilas y bajamos hasta el refugio de Baysellance, ligeramente hacia el SE. Las zonas de vivac tienden a estar muy concurridas, por lo que tras constatar la suposición, optamos por seguir bajando hasta los 2400 metros aproximadamente y manteniendo rumbo. En el cruce de caminos en el que la HRP se dirige hacia el Barrancoue D’Ossue, encontramos un prado junto al torrente, que nos servirá para pasar la noche.

CUMBRES SECUNDARIAS

Empezamos la jornada cruzando el torrente hacia el E, con el objetivo de encarar la fuerte subida que nos irá llevando al collado de Gentianes. Hay que prestar atención para no enfilar el camino al collado de Estom de Soubiran, que se nos antoja más cercano, así que seguimos dirección ESE y paramos de vez en cuando para contemplar el glaciar de Vignemale.

Bordearemos el lago de Gentianes dejándolo a nuestra derecha y comenzamos a remontar la última subida al collado que ya vemos más cerca.

Dejamos las mochilas para dirigirnos al S y ascender hacia la Brecha de Pouey Mourou. Aquí cambiamos de vertiente para tomar el camino que nos lleva a la arista somital del pico Pouey Mourou y a la cumbre. Arista entretenida y sin excesiva dificultad, pero con un corto paso de II grado que da acceso a la cumbre. Merece la pena dedicar un tiempo para contemplar todas las cimas y los valles que hemos conocido, además de los que aún tenemos por recorrer.

EL CAMINO DE LOS LAGOS

Regresamos por el mismo camino hasta el collado para recoger las mochilas y comenzar a bajar por el sendero hacia el NE. Dejamos el “Petit lac du Col”  a nuestra derecha y continuamos hasta el “Lac Glacé” por un verdadero laberinto de cairns o citas. La salida del caos no es otra que la misma desembocadura del lago que, por un tramo corto y estrecho nos conduce a un amplio valle por el que iremos descendiendo de lago en lago, en dirección N.

En primer lugar llegamos al lago de Couy, tras virar hacia el NO en el cruce anterior. Mantenemos el rumbo, después de dejar a nuestra espalda el Turon Couy y pasamos por el precioso lago de Oulettes de Estom de Soubiran con sus azules cambiantes. En último lugar tenemos el Lac de Labas, que alcanzamos siguiendo con la senda de descenso, bajo la enorme mole del pico que lleva su nombre.

Pasando el lago, nos encontramos con los dos caminos que bajan al valle y al Lac D’Estom. Optamos por el camino que cruza el contrafuerte que cierra el circo (NO) y que nos lleva hasta el sendero que baja del Col D’Arraille.  Es un camino que desciende hacia el lago de un modo menos abrupto y por consiguiente, más apropiado para ir con carga. Pasamos la noche en la zona habilitada alrededor del refugio.

REGRESO A CAUTERETS

Último día, en el que vamos a recorrer todo el valle Lutour y regresaremos a Cauterets. Partimos tranquilamente sendero abajo en dirección N y nos disponemos a atravesar el bosque. Este tramo del itinerario está catalogado como excursión familiar, por esto mismo, merece la pena madrugar para evitar toparse con demasiada gente.

Llegamos al cruce que desde nuestro camino parte hacia el refugio libre Russel, bajo la ladera E del Mont Dét Liou y continuamos dirección N por los prados que desde la derecha del “gave de Lutour” nos llevan a la Fruitiére.

En el caso de que no se nos haya pegado en exceso el saco de dormir y en ausencia de trafico durante el camino, posiblemente podamos disfrutar de la presencia de sarrios en el otro lado del torrente.

Volvemos a entrar en zona más transitada: el parking y la “Hotelerie de la Fruitiére”. Recargamos las cantimploras  y sin cambiar de margen seguimos dirección N por el “chemin de Péres”. Volviendo la vista vemos por última vez el valle de Lutour y las cimas que lo coronan, antes de adentrarnos en el bosque.

Seguidamente, comenzamos a perder altitud, primero de forma pausada y después en un corto pero pendiente zigzag al llegar al cruce con el camino que lleva a la Railére. Aquí seguimos por nuestro sendero hasta el mismo pueblo de Cauterets, dando por finalizadas las travesías que unen «les gaves de Cauterets».